UNIDAD
4
CONTENIDO
4
CONTENIDO
INDICADOR DE LOGRO
Promuevo mi derecho a la participación en mi familia y escuela.
4.4 Describe el derecho de opinar, aportar y construir en su familia y escuela, para asumir otras formas de relación social.
VALORES A TRABAJAR
Laboriosidad y cooperación. Otros valores que se pueden trabajar son: Trabajo, respeto y el concepto de familia.
​__________________________________________________________________________________
DEFINICIÓN DE VALORES
​
LABORIOSIDAD: Es la virtud del que “cumple diligentemente las actividades necesarias para alcanzar progresivamente su propia madurez natural y sobrenatural en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los demás deberes” (Isaacs, 2003).
“La persona trabajadora, laboriosa, se hace notar, más que por lo que hace o lo que produce, por sus potencialidades, cualidades y características de dedicarse con entusiasmo y diligencia a lo que debe llevar a cabo” (Agudelo, 2004).
“En el centro infantil esta cualidad se puede trabajar en todas las actividades y procesos en que participen los niños, también se programan actividades con este fin específico, como, por ejemplo, trabajos colectivos con un fin socialmente útil, pequeños encargos, trabajo en la naturaleza (cuidado de plantas, animalitos y el entorno del centro infantil). Se pueden programar trabajos, que en algunos sistemas educativos llaman turnos o guardias, mediante las cuales el niño ayuda a su educador a recoger el salón, a entregar materiales, etc.” (Sánchez & Franklin, s.f.)
“Estas actividades constituyen un marco propicio para desarrollar diversos contenidos, como las relaciones de cooperación y los sentimientos de admiración y respeto por el trabajo de los adultos. Es importante destacar que el trabajo en esta edad no significa la necesidad de crear un producto, sino que tiene como objetivo fundamental contribuir a la formación integral de los niños” (Sánchez & Franklin, s.f.).
“Las actividades brindan a los niños amplias posibilidades de hacer diferentes acciones, de utilizar diversos instrumentos y cuidar de ellos, además al realizar tareas de este tipo se van acostumbrando a tener responsabilidad en su cumplimiento y llegan a comprender la necesidad de las labores propias del hogar y del centro infantil, tales como, ayudar a poner los manteles y las servilletas, ayudar a limpiar las mesas y sillas, a recoger los juguetes y ordenarlos, limpiar el salón, organizar el salón y el juguetero, mantener limpios los rincones, etc.” (Sánchez & Franklin, s.f.).
Video sugerido para reforzar el valor de la laboriosidad (Ministerio Infantil Adolescente, 2016)
COOPERACIÓN: Consiste en combinar nuestras energías para trabajar con otros y lograr una meta en común. Con la cooperación podemos lograr tareas más rápidamente y con mayor facilidad que si lo hiciéramos solos, además el beneficio de disfrutar de la compañía de otros mientras compartimos el trabajo (Isaacs, 2003).
“Para sentar la base del aprendizaje de este valor en los niños y las niñas, es necesario enseñarlos a realizar muchas y variadas acciones, tales como socorrer a otro, saber coordinar acciones para realizar un trabajo conjunto, prestar ayuda a otros para realizar un fin común, sentir alegría colectiva por el logro de un resultado, defender a los compañeros y ayudarlos cuando se encuentren en dificultades” (Sánchez & Martínez, s.f.).
“La cooperación y ayuda mutua ha de enseñarse desde las primeras edades, porque el niño, por su propio egocentrismo tiende a quererlo todo para sí y no compartirlo con nadie, pero cuando empieza a realizar acciones a favor de los demás, su egocentrismo inicial cede el paso a la conducta gregaria y cooperadora” (Sánchez & Martínez, s.f.).
“El reforzamiento por el adulto de los comportamientos favorables a una relación de ayuda entre los niños, es uno de los elementos principales en el surgimiento de emociones que acompañan los encuentros cooperadores, y el pequeño, por lograr la aprobación del adulto, va poco a poco manifestando cada vez más aquellos comportamientos que se les refuerzan como positivos en sus relaciones con los demás, como es la ayuda mutua” (Sánchez & Martínez, s.f.).
“Para lograr la cooperación hay que comunicar, pero comunicar no es simplemente cuestión de arrojar información a otra persona; es crear una experiencia, es interesar al otro a fondo y eso es una facultad y una actitud emocional”. (Fritsch, La cooperación, s.f.)
“Si queremos obtener cooperación humana en cualquier actividad, debemos primero comprender que son relaciones entre humanos, interacción de sentimientos, pensamientos y, desde luego, de deseos, de gustos, de ilusiones, de objetivos”. (Fritsch, La cooperación, s.f.)
No se trata, por favor, no se trata de órdenes simples sin sentido; no se trata de mezclar arena, grava y cemento. Se trata de comprender, de entender y actuar de acuerdo a esto, para conducir, para dirigir, los sentimientos de los seres humanos a nuestra custodia, a nuestra orientación, a nuestra dirección. (Fritsch, La cooperación, s.f.)
Video sugerido para reforzar el valor de la cooperación (Plaza Sésamo, 2014):
​
​
​
​
ACTIVIDAD DIDÁCTICA
Leer el cuento “El trabajo invisible” (ver anexo).
VALORACIÓN / REFLEXIÓN
COMPROMISO
-
Respetar las opiniones de los demás.
-
Colaborar con las actividades en casa y en la escuela.
-
Participar activamente en la comunidad.
HABILIDADES SOCIALES
-
Respetar la opinión de los demás.
-
Cooperar en casa y en la escuela.
-
Ser laborioso.
-
Ser ordenado.
-
Ser amable.
-
Ser amigable.
-
Brindar mi ayuda a quien lo necesite.
EVALUACIÓN
-
​Valorar las participaciones de los estudiantes.
ANEXO
​
El trabajo invisible (García R. , 2007)
Esto le sucedió hace muchísimos años en Escandinavia a uno de esos hombres que piensan que sus esposas o compañeras no hacen nada en casa. Una noche el hombre llegó cansado del trabajo y se quejó porque no encontró la comida servida, el bebé lloraba y la vaca no estaba en el establo.
-Me mato trabajando mientras tú te quedas en la casa, y cuando llego no siquiera la comida está lista -farfullo- No es justo. Ojalá mi trabajo fuera fácil como el tuyo.
-No te pongas así querido -le contestó su esposa-. Si quieres mañana yo te reemplazo en el campo y tú te quedas cuidando la casa.
-Está bien -aceptó el hombre, satisfecho-. Un día de descanso no me vendría mal.
Al día siguiente la mujer se levantó temprano y se fue a cortar el heno en los potreros. El hombre se levantó también y se dispuso a hacer las tareas caseras.
Lo primero era lavar la ropa. Estuvo restregando un buen rato, hasta que se acordó que tenía que preparar la mantequilla. Se hallaba en esta tarea cuando cayó en cuenta que no había puesto la ropa a secar. Fue entonces al patio, la exprimió, la colgó y de regreso en la cocina encontró al marrano comiéndose la mantequilla. Furioso lo persiguió hasta que consiguió sacarlo.
Al salir de nuevo al patio, vio con horror cómo la cabra estaba mordiendo un de las camisas que acababa de colgar. La espantó, cerró la cerca, persiguió otra vez al cerdo hasta que pudo al fin atraparlo y lo encerró en la marranera. Para entonces el reloj ya había dado la una de la tarde, y él ni siquiera había terminado de hacer la mantequilla. Se puso de nuevo en esta tarea, pero tuvo que interrumpirla cuando oyó los mugidos de la cava en el corral.
No había tiempo de llevarla a pastar al potrero. Decidió subirla al techo de la casa -las casas de los escandinavos son bajas y de techo cubierto de hierba- para que comiera y así poder ocuparse del bebé, que acababa de despertarse y lloraba sin parar. Había que preparar la sopa.
En esas estaba cuando oyó la vaca resbalar del techo. Dejó lo que estaba haciendo, subió al techo, le echó una soga al cuello a la vaca, metió la soga por la chimenea y en cuanto estuvo de nuevo en la casa se ató el otro extremo de la soga a la cintura. Así evitaría que la vaca resbalara mientras él terminaba con la sopa.
Pero la vaca resbaló y arrastró al pobre hombre hacía la chimenea, haciéndole caer de cabeza en la olla. Así lo encontró su mujer cuando llegó del trabajo.
-Gracias al cielo llegaste -exclamó el hombre, al verla entrar-. Este trabajo no es para cualquiera, no sé cómo nunca lo había visto. Perdóname, mi vida.
Y desde entonces nunca se volvió a quejar, y ayudaba a su mujer cada vez que podía.
Reflexionar acerca de cuál es el horario de mi vida, en un día ordinario, de la mañana hasta la noche. Cada uno deberá sumar las verdaderas y auténticas horas de trabajo que realiza durante el día. Luego presentarlo en la clase.