
UNIDAD
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CONTENIDO
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CONTENIDO
INDICADOR DE LOGRO
​ El comportamiento honesto.
3.4 Identifica las funciones que desempeñan las personas de las instituciones públicas y las actitudes amables y solidarias al servicio de la comunidad.
3.5 Reconoce la importancia del servidor público en función de los derechos de las personas.
VALORES A TRABAJAR
Honestidad y honradez
Otros valores que se pueden trabajar son: Responsabilidad, solidaridad, armonía.
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DEFINICIÓN DE VALORES
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HONESTIDAD: “Es una forma de vivir congruente entre lo que se piensa y la conducta que se observa hacia el prójimo que, junto a la justicia, exige en dar a cada quien lo que le es debido”. (Tagle, s.f.)
“La honestidad es una de las cualidades que nos gustaría encontrar en las personas o mejor aún, que nos gustaría poseer.
Si alguna vez debemos hacer un listado de las cualidades que nos gustaría encontrar en las personas o mejor aún, que nos gustaría poseer, seguramente enunciaremos la Honestidad, porque garantiza confianza, seguridad, respaldo, confidencia, en una palabra, integridad.
Podemos ver como actitudes deshonestas la hipocresía, aparentando una personalidad que no se tiene para ganarse la estimación de los demás; el mentir continuamente; el simular trabajar o estudiar para no recibir una llamada de atención de los padres o del jefe inmediato; el no guardar en confidencia algún asunto del que hemos hecho la promesa de no revelarlo; no cumpliendo con la palabra dada, los compromisos hechos y la infidelidad.
Faltar a la honestidad nos lleva a romper los lazos de amistad establecidos, en el trabajo, la familia y en el ambiente social en el que nos desenvolvemos, pensemos que de esta manera la convivencia se hace prácticamente imposible, pues ésta no se da, si las personas somos incapaces de confiar unos en otros.
¿Qué se necesita para ser honesto?
Para ser Honesto hace falta ser sinceros en todo lo que decimos; fieles a las promesas hechas en el matrimonio, en la empresa o negocio en el que trabajamos y con las personas que participan de la misma labor; actuando justamente en el comercio y en las opiniones que damos respecto a los demás. Todos esperan de nosotros un comportamiento serio, correcto, justo, desinteresado, con espíritu de servicio, pues saben que siempre damos un poco más de lo esperado.
En la convivencia diaria podemos vivir la honestidad con los demás, no causando daño a la opinión que en general se tiene de ellas, lo cual se puede dar cuando les atribuimos defectos que no tienen o juzgando con ligereza su actuar; si evitamos sacar provecho u obtener un beneficio a costa de sus debilidades o de su ignorancia; guardando como propio el secreto profesional de aquella información que es particularmente importante para la empresa en la que prestamos nuestros servicios, o de aquel asunto importante o delicado que nos ha confiado el paciente o cliente que ha pedido nuestra ayuda; evitando provocar discordia y malos entendidos entre las personas que conocemos; señalando con firmeza el grave error que se comete al hacer calumnias y difamaciones de quienes que no están presentes; devolviendo con oportunidad las cosas que no nos pertenecen y restituyendo todo aquello que de manera involuntaria o por descuido hayamos dañado..
Si queremos ser Honestos, debemos empezar por enfrentar con valor nuestros defectos y buscando la manera más eficaz de superarlos, con acciones que nos lleven a mejorar todo aquello que afecta a nuestra persona y como consecuencia a nuestros semejantes, rectificando cada vez que nos equivocamos y cumpliendo con nuestro deber en las labores grandes y pequeñas sin hacer distinción.
Las relaciones en un ambiente de confianza conducen a la mejora personal y ajena, pues si en todo momento se obra con rectitud, se aprende a vivir como hombre de bien”. (Catholic.net , s.f.)
Video sugerido para trabajar el valor de la honestidad:
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HONRADEZ: “Se entiende por honradez el respeto a los bienes ajenos
Por bienes entendemos no sólo los materiales necesarios para una vida digna, sino también otros bienes intangibles, pero también reales, que necesitamos para el bienestar al que tenemos derecho. Por ejemplo, la buena fama.
Un hombre honrado es el que respeta los bienes de los demás y el que se esfuerza por conseguir, con su trabajo honrado, los bienes que él mismo necesita para vivir y ser feliz.
La honradez, como valor, exige ese respeto a lo ajeno aun cuando las circunstancias pudieran permitir apropiárselo sin consecuencias legales o sociales. El juez más severo de nuestros actos somos nosotros mismos y ha de ser muy triste vivir sabiendo que somos ladrones. Para nosotros los creyentes existe también la conciencia de que Dios exige la devolución de los bienes robados.
La imagen popular del buen ladrón que roba a los ricos para dar a los pobres, no es más que un signo de una revolución siempre buscada, pero jamás alcanzada que impidiera a unos cuantos apropiarse de los bienes que los demás necesitan para vivir. Hoy sabemos que es pecado la acumulación de la riqueza y propiciar la pobreza. Sobre las riquezas acumuladas, decía Juan Pablo II en Cuilapa, Oaxaca, existe una hipoteca social. Y Jesús decía algo mucho más grave: ¡Qué difícil es que un rico se salve!
Un rico honrado sería el que entiende sus bienes como algo que Dios le permite tener para administrarlos en bien de sus hermanos.
El lujo y la ostentación son un continuo robo a los más pobres.
Con ese sentido social, las leyes justas de un país alientan a los dueños del capital a invertirlo en beneficio de la sociedad y a usar parte de esos bienes en instituciones de beneficencia. El capitalismo carente de humanidad es pecaminoso.
El salario justo será el que permita una vida digna.
¿Cómo se enseña la honradez?
La honradez se enseña con el ejemplo. Un padre de familia que es responsable en su trabajo, aunque no salga nunca de pobre, heredará a sus hijos una riqueza imponderable: su honradez.
Una pobreza digna jamás ha hecho daño a nadie; una riqueza mal habida mina el respeto de los hijos a los padres a quienes verán siempre como a personas deshonestas y sin autoridad moral.
Los niños aprenden en el hogar los límites que impone la propiedad privada. Ellos saben que deben respetar los bienes de los hermanos y, en cambio, saben también que deben compartir esos bienes con los demás miembros de la familia”. (Román, La Honradez, s.f.)
Video sugerido para reforzar el valor de honradez:
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ACTIVIDAD DIDÁCTICA
Propósito
Saber realizar una acertada opinión acerca de la conducta honesta de ellos mismos y de sus compañeros.
Se proponen tres actividades, el docente tiene la libertad de realizar las actividades que desea; una, dos o tres actividades de las sugeridas.
Lectura: Un cuento sobre la honestidad (Ver anexo).
Lectura: Cuento “Una conducta honesta” (Ver anexo).
Lectura: Cuento “Los ladrones deshonestos” (Ver anexo).
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VALORACIÓN / REFLEXIÓN
Plantee a los alumnos algunas situaciones y pida que ellos mismos digan qué pasaría en cada situación si mintieran, a continuación, algunas sugerencias:
Tu mamá te pide que le des el cambio de un billete a tu papá, pero a ti se te ocurre que ese dinero puede ayudarte a llenar tu alcancía, así que te lo quedas. Cuando tu mamá te pregunta si ya le disté el dinero a tu papá, ¿qué pasaría si mintieras y dijeras que sí se lo diste?
Tu abuelita te cuida todas las tardes y siempre te pregunta si ya hiciste tu tarea, ¿qué pasaría si mintieras y dijeras que sí cuando no la has hecho?
Tu mejor amiga te prestó su juguete favorito. Mientras estabas jugando otro niño te lo trató de quitar y al jalarlo se rompió, ¿qué pasaría si mintieras y cuando tu amiga te preguntara por él, tú le dijeras que está bien que se lo das en un rato?
Cierre la reflexión con las siguientes ideas y preguntas:
Cuando se dice una mentira, no importa si es pequeña o grande, para taparla se tienen que decir más mentiras. Mientras más mentiras se dice mayor será la consecuencia cuando todo se derrumbe.
¿Por qué es importante ser honestos y no decir mentiras?
¿Cómo sería un mundo si las mentiras no existieran?
COMPROMISO
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Ser honestos en su vida cotidiana (no mentir).
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Identificar las conductas deshonestas en su diario vivir y comunicarlas.
HABILIDADES SOCIALES
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Conducta honesta.
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Veracidad
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Responsabilidad
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Expresar críticas cuando se observaba una conducta no honesta.
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Respeto a costumbres.
EVALUACIÓN
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Muestran interés por hacer alguna conducta honesta.
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Relacionan lo sucedido en los cuentos con algunas experiencias propias.
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Saben realizar una acertada opinión acerca de la conducta honesta de ellos mismos y sus compañeros.
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Expresan criterios verbales de ser honestos en su vida diaria.
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Identifican las conductas deshonestas en su diario vivir y las comunican.
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Expresa sus observaciones con apego a la verdad, aceptando sus errores, rectificado y pidiendo disculpas cuando fuese necesario.
ANEXO
ACTIVIDAD 1
Un cuento sobre la honestidad
"Érase una vez un niño muy pobre que vivía con sus padres en las afueras de la ciudad. Juanito, que así se llamaba el niño, se iba todas las mañanas bien temprano al mercado de la ciudad, a tratar de buscar algo que hacer para que los comerciantes lo ayudaran con algunas cosas que le regalaban - frutas, hortalizas, verduras -, y contribuir a la economía hogareña, a pesar de que como era un niño era bien poco lo que podía conseguir.
Un día, estando sentado frente a una tienda de frutas, vio a una anciana comprando cosas que echaba en una bolsa grande. Juanito se acercó a ella para tratar de ayudarla, pero la anciana, al verlo tan desarrapado, lo echó de su lado, porque temía que el niño le fuera a coger alguna fruta que acababa de comprar. Juanito no le hizo mucho caso, pensando que quizás la viejecita había tenido anteriormente alguna experiencia desagradable.
En eso la anciana se va y, como era muy viejita, echó su bolsa del dinero en la bolsa de la compra. Esta se cayó al suelo sin que se diera cuenta. Juanito corrió donde la bolsa había caído, y cuando la abrió ¡Cielos, allí había dinero como para que toda su familia comiera una semana! ¡Qué suerte!
¿Y sabes lo que hizo Juanito? Corrió hacia la anciana que ya se iba del mercado. Al verle de nuevo, la señora le dijo: “Mira niño, ¡ya te dije que no quiero que me ayudes!”
“Señora” replicó Juanito no es para eso, sino para devolverle esta bolsa que se cayó sin que usted se diera cuenta.”
La anciana incrédula tomó la bolsa, miró dentro y exclamó: “Que injusta he sido, un niño tan honesto y yo rechazándolo. Ven conmigo a mi casa, para que te de todo lo que necesites para ti y tu familia.”
Y dicen que desde entonces todo el mundo en la vecindad llama a Juanito “el honrado”, por lo honesto que había sido en su conducta".
Descripción de la actividad
Una vez terminado el cuento
Dar la posibilidad a los alumnos de que haga comentarios sobre lo sucedido en el relato.
Guiar la conversación hacia la conducta honesta seguida por Juanito.
Hablar con los alumnos sobre qué es la honestidad.
Definir cuáles son las buenas acciones para considerar a alguien honesto de forma que comprenda qué es la honradez, y cómo deben ser las relaciones entre las personas honestas.
ACTIVIDAD 2
Cuento: “Una conducta honesta”
Érase una vez un niño muy pobre que vivía con sus padres en una zona en las afueras de la ciudad. Juanito, que así se llamaba el niño, se iba todas las mañanas bien temprano al mercado de la ciudad, a tratar de buscar algo que hacer para que los comerciantes lo ayudaran con algunas cosas que le regalaban: frutas, hortalizas, verduras, con las cuales él contribuía a la economía hogareña, a pesar de que como era un niño era bien poco lo que podía conseguir.
Un día estando sentado frente a una tienda de frutas vio a una anciana comprando algunas cosas, que echaba en una bolsa grande. Juanito se acercó a ella para tratar de ayudarla, pero la anciana, al verlo tan desarrapado, lo echó de su lado, porque temía que el niño le fuera a coger algunas frutas. Juanito no le hizo mucho caso, pensando que quizás la viejecita había tenido anteriormente algún tipo de experiencias desagradable, y se puso a mirar otras cosas.
En eso la anciana se va y, como era muy viejita, echó su bolsa del dinero en la bolsa, y esta se cayó al suelo sin que se diera cuenta. Juanito corrió donde la bolsa había caído, y cuando la abrió ¡Cielos, allí había dinero como para que toda su familia comiera una semana! ¡Qué suerte!
¿Y saben lo que hizo Juanito? Corrió donde la anciana que ya se iba del mercado, y ésta al verle de nuevo le dijo: “Mira niño, ¡ya te dije que no quiero que me ayudes!”
“Señora” replicó Juanito no es para eso, sino para devolverle esta bolsa que se cayó sin que usted se diera cuenta.”
La anciana incrédula tomó la bolsa, miró dentro y exclamó: “Que injusta he sido, un niño tan honesto y yo rechazándolo.” “Pero vamos, ven conmigo a mi casa, para que te de todo lo que necesites para ti y tu familia.”
Y dicen que desde entonces todo el mundo en la vecindad llama a Juanito “el honrado”, por lo honesto que había sido en su conducta.
Descripción de la actividad
Al contar el cuento una conducta honesta, puede acompañarse de una o varias láminas referidas a la historia (hechas por el docente), tales como:
a) Lámina en que se observe al niño que vive en condiciones muy pobres.
b) Lámina en que se ve entre la gente una anciana.
c) Lámina en la que un niño observa como a la anciana se le cae su bolso.
d) Lámina del niño viendo que el bolso tiene mucho dinero.
e) Lámina en que se observa al niño devolviendo el bolso a la anciana.
Una vez terminado el cuento el docente les dará la posibilidad a los alumnos, que puedan hacer comentarios sobre lo sucedido en el relato, guiará la conversación hacia la conducta honesta seguida por Juanito, hablará a los alumnos sobre qué es la honestidad, definirá cuáles son las buenas acciones para considerar a alguien honesto, de forma que comprendan qué es la honradez, y cómo deben ser las relaciones entre las personas honestas.
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ACTIVIDAD 3
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“Los ladrones deshonestos”
En una casa, en una zona apartada de la ciudad, vivía un matrimonio muy anciano, que como habían vivido tanto tiempo juntos, habían comprado durante toda su vida muchas cosas valiosas que guardaban en la casa. Todo el mundo sabía las riquezas que allí se atesoraban, pero como la gente del barrio era honesta, los ancianitos hasta dejaban abierta la puerta de su casa, y nunca les pasaba nada.
Pero un buen día, el ancianito se enfermó y tuvo que ingresar al hospital por un tiempo, por lo que su esposa fue con él para atenderlo. Y la casa se quedó sola, con todas sus riquezas dentro.
Y sucede que unos maleantes que pasaron por el lugar vieron la oportunidad de su vida en aquella casa sola y abierta, por lo que decidieron robarla. Fueron y buscaron un camión, lo pusieron frente a la casa, y empezaron a sacar cosas muy callados y como si estuvieran haciendo una mudanza.
Pero unos niños del lugar, que sabían que los ancianitos vivían solos y no tenían más familia, fueron a avisar a la policía que unos hombres extraños estaban sacando cosas de aquella casa.
Y he que cuando más entretenidos estaban los ladrones, ¡que llega la policía y los atrapa con las manos en la masa! Así se los llevaron a la cárcel donde tuvieron que estar unos cuantos años por su conducta deshonesta.
Descripción de la actividad:
Basándose en la lectura del cuento el docente formula preguntas a los estudiantes sobre la honestidad, quiénes eran los ladrones, y porqué los policías les habían agarrado, procurando que describan las cualidades que definen la honestidad, y si no saben, entonces el docente los guiará a través de nuevas preguntas hasta lograr que el alumno haga una elemental descripción de la misma. Ejemplos de preguntas:
¿Cómo deben actuar las personas honestas? ¿Cómo se sabe que una persona es honesta?
¿Qué hay que hacer para ser honestos?
Relacionar estas preguntas y respuestas con las funciones que desempeñan las personas de las instituciones públicas y las actitudes amables y solidarias al servicio de la comunidad.