UNIDAD
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CONTENIDO
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CONTENIDO
INDICADOR DE LOGRO
Practico mis deberes y derechos (Ejercicio de deberes y derechos del niño y la niña en la familia).
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4.1 Reconoce el centro escolar y el hogar como espacios para el cumplimiento de sus deberes y el ejercicio de sus derechos.
4.2 Demuestra actitudes positivas hacia la participación en la escuela y en el hogar a través de vivencias participativas.
VALORES A TRABAJAR
Responsabilidad, voluntad y obediencia.
Otros valores que se pueden trabajar son: Empatía, integridad, dignidad.
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DEFINICIÓN DE VALORES
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RESPONSABILIDAD: “Es una virtud que nos lleva a “asumir las consecuencias de nuestros actos intencionados, resultado de las decisiones que tomemos o aceptemos; y también de nuestros actos no intencionados, de tal modo que los demás queden beneficiados lo más posible o, por lo menos, no perjudicados; preocupándonos a la vez de que las otras personas en quienes pueden influir hagan lo mismo”. (Marta Harriet, s.f.)
¿Qué entendemos por responsabilidad? Si te paras a pensar, este concepto, seguramente, lleva revoloteando encima de nuestras cabezas desde que somos pequeños. Casi desde el momento en el que empezamos a decidir si obedecer o no, y si queremos “desafiar a la autoridad” (papá y mamá). “Tienes que ser responsable”.
Si le preguntas a un niño, que significa ser responsable, dirá algo como “hacer las cosas bien”, “hacer lo que dice papá y mamá” “hacer los deberes”. Los adultos utilizan el término responsabilidad para que los niños entiendan y asuman que hay que portarse bien y cumplir con las tareas que dicen los adultos.
¿Crees que el termino responsabilidad engloba algo más que obligaciones?, ¿qué es lo que te viene a ti a la cabeza cuando hablamos de responsabilidad?
¿Qué es responsabilidad? Definición
Si nos fijamos en el origen etimológico, el significado de responsabilidad no tiene tanto que ver con las tareas a realizar o las obligaciones. Sino con el compromiso.
Convertirse en una persona responsable significa ser capaz de tomar decisiones conscientemente, llevar a cabo conductas que persigan mejorarse a uno mismo y/o ayudar a los demás. Y lo más importante, una persona responsable acepta las consecuencias de sus propios actos y de sus propias decisiones.
Por tanto, podemos definir a una persona responsable como aquella que asume los resultados de las decisiones que acepte o tome. La RAE la define responsabilidad como: “Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente.”
La definición de responsabilidad que realiza la RAE, hace especial hincapié en la necesidad de que la persona que asume la responsabilidad cumpla con las consecuencias negativas de sus actos.
Por lo que vemos, es un término que tiene distintas valoraciones y que puede resultar bastante abstracto, pero que todos damos por hecho y utilizamos de forma cotidiana.
¿Para qué nos sirve ser responsables?
Ser responsables nos aporta muchos beneficios. Te puede ayudar a conseguir tus objetivos y metas en cualquier ámbito de tu vida. La responsabilidad te permite crear valores y te ayuda a dirigir las riendas de tu vida. Ser una persona responsable nos ayuda a:
Ser más honestos: Cuando tendemos a decir la verdad, y cumplir nuestras promesas, las personas que nos rodean nos van a creer y nos van a ver como una persona honesta.
Ser más autónomos: Asumir las consecuencias de nuestros actos, nos ayudará a decidir mejor.
Ser personas más confiables: Al ser responsables, nos ganamos la confianza de los otros. Pero lo que es más importante, también ganaremos en confianza en nosotros mismos. Hacer lo correcto, nos hará sentir bien. Y aunque nos equivoquemos, estaremos satisfechos porque sabemos que lo hemos hecho lo mejor que hemos podido.
El valor de la responsabilidad
La responsabilidad se enseña desde la infancia. Tanto en las familias como en la escuela, se busca educar en valores.
Está claro que todo el mundo quiere una pareja que se comprometa y sea responsable, hijos responsables que no se metan en líos, padres y profesores responsables que cuiden de los niños, profesionales que hagan su trabajo con responsabilidad. ¿Por qué?
Porque tener personas así a nuestro alrededor nos genera confianza, nos da seguridad. Pensamos, “si, es una persona responsable, cumplirá y las cosas saldrán bien”. Sentirnos seguros es una de las necesidades básicas en la pirámide de Maslow.
Este es uno de los motivos por los que, en nuestra sociedad, se valora la responsabilidad de una forma tan positiva. Por qué nos proporciona seguridad, confianza y cierta estabilidad.
¿Cómo puedo ser más responsable?
No existe una fórmula mágica que nos haga ser más responsables. Sin embargo, la responsabilidad se puede entrenar.
Si quieres cumplir con tus propósitos, tus obligaciones y compromisos, lo que necesitas es, en gran medida, predisposición y motivación. Ahora bien, si sigues aquí conmigo, es que esto existe, así que te propongo estas pautas para conseguirlo:
Ponte metas: Es importante conocer para qué hacemos las cosas. Tener un sentido y una dirección nos ayuda a ser consecuentes y a continuar cumpliendo con el deber. Si consideras que el objetivo es muy a largo plazo, ponte objetivos pequeñitos para conseguirlo. Te aconsejo que los escribas. Parece una tontería, pero plasmarlo en papel, los hace real. Si sólo están en tu cabeza, si no cumples contigo mismo, nadie se entera. ¡Escribir tus metas puede ayudarte a ser más responsable!
Objetividad: ¿Qué está en mi mano y qué no? Elabora una lista de las cosas que dependen de ti y puedes controlar. Tu atención debe ir dirigida a esos aspectos, pues lo que no depende de ti, no es tu responsabilidad.
Rutinas: Si te cuesta mucho esfuerzo “ponerte”, es mejor que te organices. Si tienes una rutina, sabrás lo que tienes que hacer en cada momento. Pero no solo eso, a veces, saber cuánto tiempo tienes que esforzarte también ayuda. “¡Va, solo es una hora de estudio antes de ir al cine!
Recompénsate: Aquí entran en juego las atribuciones internas. Si has conseguido lo que te habías propuesto, ¿por qué no reconocértelo? Es tu momento, date un homenaje.
Se sincero contigo mismo: ¿Has fallado?, ¿estaba en tu mano que el resultado hubiera sido otro? Hazte responsable, asume las consecuencias y analiza, ¿qué podrías haber hecho de otra manera?, ¿cómo lo mejorarías en otra ocasión?
Comparte tus planes: No hablo de publicar en redes sociales. No, me refiero a algo más íntimo. Coge a tu hermano, tu madre o tu mejor amigo y cuéntale lo que vas a hacer, cuándo y cómo, además, hazle saber qué esperas que te pregunte qué tal. ¡Ya no tienes escapatoria, hay que cumplir!
Operacionaliza: Esto significa que las cosas que tú puedes asumir como responsabilidad son actos. Por ejemplo, recoger tu habitación, entregar un trabajo, preparar la comida, hacer un halago. Son conductas concretas que puedes asumir como responsabilidad y obligaciones a cumplir, pero no puedes asumir la responsabilidad de las consecuencias. Por ejemplo, que el profesor te ponga un 10, que la comida le guste a la gente o que el halago sea bien recibido. Esto no depende de ti. Por tanto, concreta actividades y tareas que tengas recursos y predisposición para realizar y ¡ponte con ello!
No te voy a engañar. Convertirte en una persona responsable no vendrá de la noche a la mañana. Además, supone un esfuerzo y un compromiso.
Recuerda, la clave del éxito es la constancia. Te animo a que te centres y lo consigas.
Puedes empezar escribiendo tus objetivos finales en mayúsculas y sus subtipos o sub objetivos con guiones más abajo. Empieza poco a poco, asumiendo responsabilidades y pasito a pasito.
Recuerda la responsabilidad de tus actos (no de las consecuencias arbitrarias). Si un día no obtienes el resultado que obtenías o no has encontrado las claves para usar tu fuerza de voluntad, no te castigues. Analiza, piensa que vas por buen camino, porque te estás dando cuenta de las dificultades y retoma.
La culpa no es lo mismo que la responsabilidad. Ser responsable de algo, no quiere decir culpable. Esto que parece tan de cajón, en nuestro día a día, no lo es tanto. Y si no, ¿cuántas veces te has sorprendido diciendo “¡Es que no es culpa mía!”
Para entendernos, voy a contarte una historia, que incluso puede que te resulte familiar:
“Te has encontrado este whatsapp nada más levantarte. Tienes que terminar y entregar el proyecto para las 13.00h. Además, es primordial ser puntual y hacer las cosas perfectas, porque es un cliente muy importante. Inviertes toda la mañana en este encargo, todo tu esfuerzo. Al salir de casa, coges las cercanías, pero va con retraso. “Tendría que haber salido antes, voy a andar pillado”. Ya llevas 5 minutos de retraso. Sales de las cercanías y hay una manifestación que atraviesa la avenida “¡será posible! ¿Tenía que ser hoy?”. Consigues atravesar a la otra acera, entre todo se te han hecho 15 minutos tarde. Llegas a la oficia, esperas al ascensor… Cuando subes, miras el reloj antes de entrar, pero… 20 minutos de retraso. El cliente se ha marchado, Vanesa va a matarte.”
¡Te dije que era importantísimo que llegaras a la hora! ¡Mira qué hora es!, ¡El cliente se ha ido enfadadísimo por tu culpa! ¡Era tu responsabilidad!
¿Crees que lo he hecho a propósito? ¡No es culpa mía que las cercanías fuera tarde y hubiera una manifestación cortando la avenida!
¿Qué está pasando aquí?
Todo lo que hiciste, fue con buena intención, esfuerzo e interés. Sin embargo, diferentes factores han provocado que no llegaras a tiempo a entregar el proyecto. Vamos a valorar esta historia
¿Cuál es tu responsabilidad real?: Entregar el proyecto terminado a las 13.00h
¿De quién es la responsabilidad de que el cliente se enfade?: Solamente del cliente, porque nosotros no podemos controlar las emociones que siente otra persona.
La culpa lleva componentes implícitos que no nos ayudan en nada. Por ejemplo, no es lo mismo ser responsable de una decisión que culpable de una decisión. ¿Que implica la culpa?
Acción voluntaria: Para que alguien sea culpable de algo, necesita una búsqueda activa para obtener dicho resultado.
El resultado va a ser negativo. Si eres culpable de algo, ese algo va a ser un producto negativo.
Totaliza: Que echemos la culpa a alguien de un suceso, significa que, la única forma de evitar que ese hecho ocurriera, sería eliminar al culpable del mapa. Sin embargo, ser responsable quiere decir que realizó ciertas conductas que ayudaron a que se produjera ese resultado.
La culpa nos lleva a pensar en la causa – consecuencias: No todo en la vida pasa en razón de causa-efecto. La mayoría de las cosas dependen de multitud de factores, como en la historia que hemos visto antes… Incluso a veces, cambiar uno de ellos, no hace que obtengamos un resultado diferente. Por ejemplo, si el protagonista hubiera cogido el metro en lugar de las cercanías, la manifestación hubiera estado ahí…y no hubiera podido cumplir con su responsabilidad (entregar el proyecto a tiempo).
Es importante que tengamos esto en cuenta, porque a veces nos responsabilizamos de cosas que no podemos controlar, que no podríamos cambiar ni aun deseándolo con todas nuestras fuerzas. Sentirnos culpables de eventos, resultados o situaciones que no dependen de nosotros, afecta a nuestro estado de ánimo, nos frustra y muchas veces, nos enfada.
Lo mismo pasa cuando nos hacen culpables. Lo vemos injusto porque lo que ha pasado tampoco estaba dentro de nuestros planes. Antes de culpabilizar a alguien, pregúntate si los resultados negativos obtenidos han sido buscados de una forma intencionada por la otra persona o no. Asegúrate de haber hecho todo lo que estaba en su mano para cumplir con su responsabilidad”. (SANCHEZ, 2017)
Video sugerido para reforzar el valor de la responsabilidad:
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VOLUNTAD: “Se conoce a la voluntad como la capacidad que tiene un ser humano de llevar adelante procesos de su vida de forma constante, así como al empuje de seguir a pesar de las dificultades que pueda conseguir, hasta completar su meta.
Relacionado estrechamente con otros valores como la Constancia, la Laboriosidad, la Vida, la Tenacidad y la Efectividad, la Voluntad es la fuerza que hace que una persona se movilice y siga adelante, a pesar del cansancio, las pequeñas derrotas y los contratiempos, sin decepcionarse o abandonar, consciente que sólo su fuerza y su coraje serán suficientes para continuar hasta lograrlo.
Importancia de la Voluntad como valor
Por otro lado, de acuerdo al impacto individual que puede tener en una persona tener integrado el valor de la Voluntad dentro de su esquema de pensamientos y acciones, disciplinas como la Psicología han señalado que en la medida en que una persona sienta la Voluntad necesaria para iniciar, continuar y concluir procesos de su vida, que se traduzcan en beneficios directos para él, así como para su entorno, será una persona encaminada al éxito y a la felicidad.
Igualmente, el empuje y la voluntad que puede manifestar una persona en su vida, puede servir a otros de ejemplo e inspiración, por lo que además de beneficiarse individualmente, una persona con voluntad generará en su entorno un ambiente de lucha, liderazgo y progreso que impulsará a otros a construir bienestar para sus vidas. Así mismo, una persona que sea percibida por sus semejantes como una persona voluntariosa, será considerado alguien confiable, constante y trabajador, lo cual además de abrirle puertas laborales, hará que vaya estableciendo nexos amistosos, basados en la admiración, la confianza, el respeto y la admiración.
En un sentido mucho más amplio, los psicólogos también han señalado la importancia que tiene para una sociedad contar entre sus individuos con personas con un fuerte sentido de Voluntad, pues generarán una red de relaciones interpersonales, basadas en la cooperación, que los lleven a unirse en pro de objetivos comunes que los orientes a encaminarse al éxito y el bienestar común.
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Adquisición de la Voluntad como valor
En cuanto a su proceso de adquisición, a pesar de que el valor de la Voluntad es inherente a la conformación psíquica del ser humano (y de todo ser vivo) la Psicología ha señalado la importancia de inculcar y estimular este valor en los niños y niñas, desde las primeras etapas de la infancia, a fin de formar individuos que entiendan la importancia de tener la fuerza psicológica y física para enfrentar cada uno de los aspectos de sus vidas, así como la constancia y la tenacidad suficientes para seguir adelante, a pesar de los tropiezos y obstáculos.
Sin embargo, puede que existan padres y maestros que se sientan un poco desorientados a la hora de diseñar estrategias educativas que les permitan enseñar a los niños a su cargo el valor de la Voluntad, por lo que la Psicología ha ideado algunos métodos y tips que pueden ser de gran ayuda. A continuación, algunos de ellos:
Como siempre que se trata de la adquisición de una actitud o valor, la principal herramienta será el Ejemplo. En este sentido, un niño que se forme viendo cómo sus padres se levantan temprano todos los días, para organizar el desayuno, llevarlo al colegio y partir a sus trabajos, a fin de ganarse los medios de sostener a su familia, al tiempo que llevan a cabo alguna afición o profesión, será un individuo que aprenda que en la vida existen responsabilidades y tareas que se deben cumplir con el objetivo de alcanzar otras, un poco más elevadas y relacionadas con el bienestar propio y común.
De igual forma, los padres deben transmitirle verbalmente a los niños y niñas que su labor en esta etapa de la vida es el estudio, y que deben cumplir cabalmente con él, pues eso los preparará para el futuro. Así mismo, se deben reconocer los logros del niño, demostrándole que la victoria de ese momento es el cúmulo de su esfuerzo. De igual forma, los padres deberán acompañar emocionalmente al niño, en caso de que también suceda algún revés, para indicarle que es parte natural de un proceso, e instarlo a continuar adelante.
Por su parte, los maestros pueden emprender tareas en el aula, encaminadas a reforzar lo que los niños han aprendido en el aula. En este sentido, la Psicología señala que los educadores pueden hacer uso de cuentos o fábulas en las que el tema sea la Voluntad, a fin de ilustrar al niño sobre la importancia de este valor, con un lenguaje sencillo y acorde a la edad del infante”. (El Pensante, 2016)
Video sugerido para reforzar el valor de la voluntad:
OBEDIENCIA: “Obedecer significa hacer la voluntad del que manda. Es un valor fundamental no sólo de la familia, célula base de la sociedad, sino de la sociedad misma que se vale de leyes para conseguir la convivencia armónica de sus miembros. En algunos grupos se exige una estricta obediencia para conseguir con mayor efectividad sus fines; por ejemplo, en el ejército o en las instituciones de servicio que se organizan con su mismo esquema de mando: policía, bomberos, grupos de rescate y demás.
Las empresas humanas tienen también un escalafón de autoridad al que se someten los subalternos.
En el plano religioso, las congregaciones, que tienen como carisma la vida fraterna, se comprometen, con voto, a obedecer al superior en cuya voluntad quieren descubrir la voluntad de Dios.
La Iglesia Católica se funda también en la obediencia a Cristo y a su Vicario en la tierra: el Papa, quien con los obispos dirige la Iglesia. Vicario significa el que hace las veces de. Por eso, cuando los católicos obedecemos, sabemos que es a Cristo a quien obedecemos.
El que obedece no se equivoca
Es difícil mandar con rectitud. Tan fácil que es confundir la voluntad que responde a nuestros intereses con la voluntad del pueblo que nos elige o la del mismo Dios a quien representamos. Cuando la autoridad gobierna a su capricho, se convierte en un dictador y la única forma de hacerse obedecer es por la violencia y el terror. Cuando el que manda lesiona el derecho, cesa la obligación de obedecer.
Dicen que el que obedece no se equivoca, pero no es tan fácil. El que obedece conserva su libertad y su capacidad de juzgar. Si obedece una ley injusta, él mismo es injusto sin ninguna excusa. Y esto vale también para los sometidos a obediencia militar.
El principio es: debemos obedecer primero a nuestra conciencia. Y un principio más alto todavía es: debemos obedecer antes a Dios que a los hombres.
El que manda
En ese libro inmortal de Antoine de Saint Exuspery, El Principito, se nos narra un episodio en el que el pequeño príncipe llega a un planeta en el que gobierna un sabio rey que presume que todos lo obedecen. El Principito le pide que le mande al sol que se ponga, porque a él le encantan los crepúsculos. Entonces el rey ordena al sol que se ponga ¡a las 7.40 p.m.! El Principito protesta y le dice al rey que así no tiene ninguna gracia ya que es la hora en que el sol se pone. El rey contesta que la autoridad solo debe mandar lo que los súbditos pueden obedecer.
El que obedece
Obedecer nace del convencimiento de que el que manda lo hace por nuestro bien o por el bien común. Entonces la obediencia es completa porque lo haremos inmediatamente y tal como nos lo mandaron. Cuando obedecemos así, nuestra libertad queda intacta, no es lesionada.
En cambio, cuando obedecemos por miedo perdemos nuestra libertad y caemos en el sometimiento, en la servidumbre y en la esclavitud.
Por eso se insiste en que los papás deben educar a sus hijos más en el buen uso de la libertad que en la obediencia ciega. Esto no quiere decir que no debamos obedecer cuando no estemos de acuerdo, porque entonces la familia caería en el caos. Pero sí tenemos derecho a pedir explicaciones que hagan razonable lo que se nos manda”. (Román, La Obediencia, s.f.)
Video para reforzar el valor de la obediencia:
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ACTIVIDAD DIDÁCTICA
Propósito
Interactuar con cada persona reconociendo que todas son personas con derecho y tienen deberes.
Se proponen actividades, pero el docente tiene la libertad de realizar el número de las actividades que desee.
Problematización en el aula (Ver anexo).
Lectura de caso, “Escuela Benito Juárez” (Ver anexo).
Lectura cuento, El Pollito desobediente (Ver anexo).
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VALORACIÓN / REFLEXIÓN
Pregúntales a los estudiantes:
¿Los niños tendrán solo derechos?,
¿Qué responsabilidades conllevan los derechos?
Luego explícales que las responsabilidades contenidas en las normas del salón, si son asumidas y cumplidas, favorecerán la convivencia en el aula y nos permitirán aprender mejor.
Solicítales, que de manera individual se evalúen en el cumplimiento de sus responsabilidades contenidas en las normas de convivencia del aula.
¿Cumplo con las responsabilidades contenidas en las normas de convivencia del aula?
Finalmente haga reflexionar a cada alumno sobre lo importante y necesario que es conocer que tienen derechos, pero también responsabilidades.
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COMPROMISO
-
Respetar a los demás y a si mismo de manera humana, independientemente de raza, sexo, religión o cualquier otra condición.
-
No maltratarse entre ellos ni hacerse daño físico.
-
Hacer todo lo que puedan por cuidar el medio ambiente.
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Hacer el esfuerzo por aprender lo que su docente les enseña, tanto como sus capacidades les permitan.
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Ayudar todo lo que puedan a los más desfavorecidos o que lo necesiten.
-
Prestar más atención a lo que le dice su mamá.
-
Crear un hábito de estudio y de orden.
HABILIDADES SOCIALES
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Autoestima.
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Valor del esfuerzo
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Compromiso
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Independencia
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Organización
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Precisión
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Disciplina
EVALUACIÓN
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Cuando un niño observa que otro niño maltrata a otra niña, no se queda callado ni se burla: rompe el silencio, denuncia.
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Exige respeto a sus derechos y respeta a los derechos de los demás.
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Cumple con sus obligaciones en el aula y en el hogar.
ANEXO
ACTIVIDAD 1
Problematización en el aula
Coloca la siguiente frase en la pizarra: “Todo derecho trae una responsabilidad”.
Descripción de la actividad
Pregúntales:
¿Qué quiere decir esta frase?
¿Qué responsabilidades tienen ustedes como estudiantes e hijos?
¿Es importante cumplir con nuestras responsabilidades?
Ampliar con ejemplos, las respuestas de los estudiantes.
Luego haga un comentario de la información, y pregunta el docente a los estudiantes sobre las normas de convivencia del salón de clase:
¿Tienen qué ver con nuestras responsabilidades escolares las normas del salón?
¿Cuáles normas del salón tienen que ver nuestras responsabilidades?
Solicita a los estudiantes que dirijan su mirada al panel de las normas y en parejas escriban en tarjetas las normas que tienen que ver con sus responsabilidades como estudiantes y las coloquen en el derecho que le corresponde. Ejemplo:
Responsabilidad contenida en la norma.
Derecho
Mi responsabilidad
Escuchar a la profesora y compañeros.
Derecho a ser escuchado
Si quiero ser escuchado debo escuchar a los demás.
Verifique con los estudiantes, las respuestas y comenta sobre la importancia de los derechos y su relación con las responsabilidades que tenemos que cumplir.
ACTIVIDAD 2
Lectura: Escuela Benito Juárez
En la escuela primaria “Benito Juárez” se está arreglando los baños de los hombres del tercer piso porque se escapa el agua. Los niños tienen prohibido entrar allí porque se pueden resbalar y lastimarse gravemente. Alexis es un niño que se cree muy valiente y ha retado a sus compañeros a entrar corriendo a ese baño. Algunos niños no aceptaron, pero otros dijeron que sí lo harán. Javier quiere hacerlo para demostrarle al resto de sus compañeros que es muy valiente y así lo acepten todos como amigo.
Descripción de la actividad
Reflexionar con toda la clase, sobre el texto:
¿Debe Javier cumplir con ese reto, aunque corra peligro?
¿Qué harías en el lugar de Javier?
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ACTIVIDAD 3
Cuento: El pollito desobediente
En un bonito gallinero vivía una gallina con sus seis pollitos, pero uno de ellos era muy desobediente. Una tarde la gallina salió de paseo con todos sus pollitos y antes de cruzar la calle dijo: ¡Miren para ambos lados antes de cruzar!
El pollito Tomasito no hizo caso a su madre y mientras cruzaba vio un coche que se acercaba a gran velocidad así que corrió asustado a la acera para evitar ser atropellado.
Por suerte sólo perdió algunas plumitas por el ímpetu del viento.
Luego llegaron al gallinero y mamá gallina se puso a preparar la cena. Al pollito Tomasito le llamaba mucho la atención el fuego, por lo que la madre le advirtió:
_ ¡Tomasito no te acerques mucho al fuego porque te puedes quemar!
Pero el pollito Tomasito como era muy desobediente se acercó demasiado y se le quemó un dedito de la patita. La mamá gallina le escuchó piar de dolor y fue a curarle.
Pasaron unos días y el pollito Tomasito como era un poco inquieto estaba aburrido y se acercó a su mamá preguntando:
_ ¿Puedo ir a la finca a buscar lombrices?
_ ¡Hijo, está nublado y parece que va a caer una tormenta! ¡Mejor ve mañana! _ respondió la madre.
_ ¡No lloverá mamá!, dijo el pollito Tomasito.
Y desobedeciendo una vez más, agarró una bolsita, se la puso en el cuello y se marchó a la finca.
Allí con su piquito comenzó a atrapar lombrices de diferentes tamaños y las iba guardando en su bolsita.
Pero mientras intentaba atrapar una lombriz que se enterraba en la tierra, escuchó el estallido de un trueno y luego vio un relámpago en el aire. Sus plumitas se le erizaron porque comenzó a caer una gran tormenta.
Como el pollito Tomasito sabía que el agua y los rayos le podían quitar la vida, rápidamente se subió a una roca y encontró refugio en una pequeña cueva. Allí dentro piaba por haber desobedecido a su madre.
La noche avanzaba y el pollito Tomasito comenzó a temblar de frío y a estornudar. En ese momento pensó:
_ ¡Creo que me he resfriado con el frío!
Las horas seguían pasando y cuando ya había amanecido, el pollito Tomasito se despertó con mucha fiebre, con decaimiento y con sus plumas erizadas.
Se sentía tan mal de salud que en medio de su lamento dijo:
_ ¡Este es el fin de mi vida!
Dicho esto, cayó boca arriba, estiró las patitas, giró su cabecita y sus ojitos se cerraron.
En ese momento llegó mamá gallina y con su pico lo agarró por las patitas y se lo llevó al gallinero. Allí lo abrigó bajos sus alas y lo curó.
Pasaron algunas horas hasta que el pollito Tomasito despertó y bajo las alas de mamá gallina sacó la cabecita y pensó:
_ ¡A partir de ahora, obedeceré a mi madre para que todo me vaya bien en la vida!
Desarrollo de la actividad
Fomentar la reflexión sobre el cuento de las actitudes del pollito, con las siguientes preguntas:
¿Qué sucedió en la historia del cuento?
¿Qué creen que debería haber hecho el pollito ante los consejos de su madre?
¿Qué hubiera pasado si después de la primera o la segunda desobediencia, el pollito hubiera obedecido a su madre?
¿Qué hubiera pasado si el pollito hubiera obedecido desde el principio?
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