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UNIDAD

 

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CONTENIDO

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CONTENIDO  

         

INDICADOR DE LOGRO

Participación  democrática  para una cultura de paz

4.2  Interviene de manera propositiva en los mecanismos de participación en la escuela, para establecer una cultura de paz.

VALORES A TRABAJAR

Respeto, honestidad, lealtad, derechos y deberes. Otros valores que se pueden trabajar son: comprensión y generosidad.

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DEFINICIÓN DE VALORES

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RESPETO: Es la virtud por la cual reconocemos y tenemos presente de manera habitual la dignidad de las personas, como seres únicos e irrepetibles, creados a imagen de Dios, con inteligencia, voluntad, libertad y capacidad de amar; así como según su condición y circunstancias. (Delgado, Respeto: dar su lugar a cada persona, s.f.)

 

“Descubrir y comprender que toda persona por el hecho de serlo, es merecedora de respeto, independiente de su edad, sexo, educación o cultura, desde el momento de la concepción hasta la muerte”. (Delgado, Respeto: dar su lugar a cada persona, s.f.)


“Percibir y vivir el respeto que merecen las personas por sus circunstancias, condiciones y autoridad que ejercen, por ejemplo, los padres, jefes, autoridades civiles, los ancianos, etc.”. (Delgado, Respeto: dar su lugar a cada persona, s.f.)


Aceptar que toda persona tiene la misma dignidad y merece el mismo respeto en cualquier momento o circunstancia de su vida; y comprometerse al mismo tiempo en el trabajo de enriquecimiento y ennoblecimiento de la dignidad personal propia y de los demás, viviendo de acuerdo con ella y respetándola en toda circunstancia. (Delgado, Respeto: dar su lugar a cada persona, s.f.)


“Descubrir el propio valor y dignidad como persona y vivir de acuerdo con ello, como medio para respetar a los demás”. (Delgado, Respeto: dar su lugar a cada persona, s.f.)


Comprender, aceptar y promover el verdadero valor y dignidad de las personas basados en el SER; comprometiéndose en la construcción de sí mismos según esta verdad y valorando a los demás de acuerdo con ello. (Delgado, Respeto: dar su lugar a cada persona, s.f.)


Distinguir en cada persona su dignidad y verla como criatura única e irrepetible, con capacidad de conocer y amar a Dios, y a pesar de todos sus errores y carencias, inmensamente amada por Dios y la cual merece todo mi respeto y comprensión. (Delgado, Respeto: dar su lugar a cada persona, s.f.)

 

Todas las personas somos merecedoras de respeto pues somos iguales ante Dios y ante las leyes (Art. 3 Constitución de la República de El Salvador) y tenemos una dignidad que nos da un valor especial.

 

“La dignidad de la persona humana está enraizada en su creación a imagen y semejanza de Dios”. (Catecismo de la Iglesia Católica,, s.f.)

 

Video sugerido para reforzar el valor del respeto.

HONESTIDAD: “Valor o cualidad propio de los seres humanos que tiene una estrecha relación con los principios de verdad y justicia y con la integridad moral”. (Bembibre, 2008)

 

Es vivir en coherencia con uno mismo, con los propios valores. Sin embargo, como todos comprobamos, los valores más importantes son costosos. La honestidad actúa en múltiples áreas, desde las intenciones más íntimas y personales, como nuestra opinión acerca de la gente, hasta las acciones más visibles como los premios o castigos que implicamos a quienes educamos. Por tanto, valoremos que, aunque sea costosa, la honestidad es la palanca que mueve al mundo hacia la vida con más desarrollo y más feliz.

 

 

Video sugerido para reforzar el valor de la honestidad.

LEALTAD: Acepta los vínculos implícitos en su adhesión a otros amigos, jefes, familiares, patria, instituciones, etc.  De tal modo que refuerza y protege, a lo largo del tiempo, el conjunto de valores que representan. (Isaacs, La educación de las virtudes humanas y su evaluación, 2003)

 

La Lealtad es la virtud que ayuda a la persona a actuar con congruencia respecto a la palabra dada o en algunos casos, se trata simplemente de tomar conciencia a la luz de la recta razón o de la fe de un determinado vínculo para que, sin necesidad de habar dado la palabra, surja la conciencia de su obligatoriedad y la necesidad moral de asumirla libremente. (abc.com, s.f.)

Para aclarar este punto podríamos considerar la lealtad respecto a algún amigo. Sin profundizar de momento en la naturaleza del compromiso en este caso, podemos imaginar una situación en que un amigo empieza a comportarse de un modo que perjudica la naturaleza de la amistad. La lealtad llevará a su amigo a hacer lo necesario para ayudarle, aunque se esté comportando mal con él, en virtud del conjunto de valores que supone el vínculo. Es decir, intentará ayudar a su amigo a relacionar su hacer con el vínculo establecido para que no se deshaga. A la vez necesitará, seguramente, de la perseverancia para emprender y realizar las actividades necesarias para volver a traer a su amigo hacia el conjunto de valore que representan el vínculo.

Video sugerido para reforzar el valor de la lealtad.

DERECHOS Y DEBERES: Inseparablemente unido al tema de los derechos se encuentra el relativo a los deberes del hombre, que están indisolublemente unidos, en primer lugar, en la persona humana que es su sujeto titular, este vínculo también representa una dimensión social: En la sociedad humana a un determinado derecho natural de cada hombre corresponde en los demás el deber de reconocerlo y respetarlo. “Por tanto quienes, al reivindicar sus derechos, olvidan por completo sus deberes o no les dan la importancia debida, se asemejan a los que derriban con una mano lo que con la otra construyen“. (Pontificio Consejo Justicia y Paz, 2005)

 

La raíz de los derechos del hombre se debe buscar en la dignidad que pertenece a todo ser humano, esta dignidad connatural a la vida humana e igual en toda persona, se descubre y se comprende, ante todo, con la razón. El fundamento natural de los derechos aparece aún más sólido si, a la luz de la fe, se considera que la dignidad humana, después de haber sido otorgada por Dios y herida profundamente por el pecado, fue asumida y redimida por Jesucristo mediante su encarnación, muerte y resurrección. La fuente última de los derechos humanos no se encuentra en la mera voluntad de los seres humanos, en la realidad de Estado o en los poderes públicos, sino en el hombre mismo y en Dios su Creador. Estos derechos son “universales e inviolables y no pueden renunciarse por ningún concepto”. Universales porque están presentes en todos los seres humanos son excepción alguna de tiempo, de lugar o sujeto. Inviolables en cuanto “inherentes a la persona humana y a su dignidad” y porque sería vano proclamar los derechos, si al mismo tiempo no se realizase todo esfuerzo para que sea debidamente asegurado su respeto por parte de todos, en todas partes y con referencia a quien sean. Inalienables, porque nadie puede privar legítimamente de estos derechos a uno sólo de sus semejantes, sea quien sea, porque sería ir contra su propia naturaleza. (Pontificio Consejo Justicia y Paz,, 2005)

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El campo de los derechos del hombre se ha extendido a los derechos de los pueblos y de las Naciones, pues lo que es verdad para el hombre lo es también para los pueblos. El Magisterio recuerda que el derecho internacional se basa sobre el principio del igual respeto, por parte de los Estados, del derecho a la autodeterminación de cada pueblo y de su libre cooperación en vista del bien común superior a la humanidad, la paz se funda no sólo en el respeto de los derechos del hombre, sino también en los derechos y deberes de los pueblos, particularmente el derecho a la independencia. (Pontificio Consejo Justicia y Paz,, 2005)

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Video sugerido para reforzar el concepto sobre derechos y deberes.

ACTIVIDAD DIDÁCTICA

Lectura: ¿Quién se ha llevado los balones? (Ver anexo)

VALORACIÓN / REFLEXIÓN

¿De qué manera participo en los diferentes eventos y situaciones en mi escuela?

¿Cómo puedo fomentar una cultura de paz y compañerismo con mis compañeros?

¿Qué valores considero fundamentales en la participación democrática para lograr una cultura de paz?

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COMPROMISO
  • Actuar con honradez al momento de participar en la escuela o en la sociedad.

  • Respetar la participación de los demás.

  • Conocer y hacer valer mis derechos y deberes.

HABILIDADES SOCIALES
  • Se dirige con respeto

  • Escucha opiniones

  • Acepta errores

  • Actúa con honestidad.

EVALUACIÓN
  • Evaluar y ponderar la actividad sugerida identificando la comprensión y análisis del tema.

ANEXO

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Lectura: ¿Quién se ha llevado los balones?

Autor: Eva María Rodríguez

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Propósito: que los estudiantes comprendan la importancia de compartir y vivir el compañerismo.

 

Nacho era el flamante capitán del equipo de fútbol de su colegio. Jugaba al fútbol como nadie y metía todos los goles. Sus compañeros le adoraban, porque siempre les llevaba a la victoria.
Pero sin embargo no le caía bien a todo el mundo, porque era un tirano abusón que se metía con todos los niños que no jugaban tan bien como él o eran incapaces de evitar que el equipo contrario metiera un gol. Sin embargo, a Nacho le daba lo mismo. Solo le interesaba ganar y mandar.

Un día, cuando iba a empezar el entrenamiento, el entrenador se dirigió al equipo, muy preocupado.

- Hoy no vamos a poder entrenar. Han desaparecido los balones.

Los chicos le miraron extrañados. Todos menos Nacho, que estaba muy enfadado.
- ¿Qué no hay balones? ¡Pues vete por más!

- ¿Y de dónde los voy a sacar? -preguntó el entrenador.

- Yo mismo traeré uno de mi casa. Me voy a por él. Y los demás deberíais hacer lo mismo -dijo Nacho, enfurecido, mientras se iba del campo de juego.

Los demás decidieron que preferían quedarse con el entrenador, que preparó unos juegos sin balón.

Cuando Nacho llegó, jugaron con su balón. Pero en un chute, el balón se salió del campo y, cuando fueron a buscarlo, el balón ya no estaba.

Al día siguiente, Nacho se presentó con otro balón al entrenamiento. Algunos niños llevaron el suyo también. Sin embargo, misteriosamente, los balones fueron desapareciendo durante el entrenamiento. 

- ¡Estoy harto! -dijo Nacho-. ¡No volveré a jugar con vosotros en la vida! ¡Sois gafes! 
Al día siguiente, todos se presentaron a entrenar, todos menos Nacho. Y los balones estaban en su sitio, por lo que pudieron entrenar como siempre.

Unos días después Nacho volvió al entrenamiento. Pero a los cinco minutos de llegar él, los balones habían desaparecido de nuevo. Los compañeros empezaron a pensar que, tal vez, los balones no querían jugar con Nacho, y le pidieron que se fuera.

Nacho se fue, diciendo que se acordarían de esta. 

Los balones volvieron a aparecer de nuevo. Los niños estaban muy contentos. 
Ninguno consiguió saber jamás si los balones se iban por sí mismos o si había alguien que se los llevaba. Pero lo que sí aprendieron es que es más divertido jugar todos juntos, aunque pierdan de vez en cuando, que ganar con un chico mandón y egoísta que no se preocupaba de nada más que de sí mismo. (Rodríguez, ¿Quién se ha llevado los balones?, s.f.)

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