UNIDAD
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INDICADOR DE LOGRO
Mi ayuda es importante (La colaboración en la familia y el centro escolar).
1.4 Explica diferentes maneras de colaborar en el hogar y el centro escolar y manifiesta actitudes proactivas y de iniciativa propia.
VALORES A TRABAJAR
Colaboración, generosidad, solidaridad. Otros valores que se pueden trabajar son: La laboriosidad, el trabajo, responsabilidad.
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DEFINICIÓN DE VALORES
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COLABORACIÓN: “Es ayudar y servir de manera espontánea a los demás, hasta en los pequeños detalles.
La colaboración se debe dar como una actitud permanente de servicio hacia el trabajo y la familia, pero también se puede ayudar a cualquier persona que lo necesite, pensando en todo aquello que deseamos que hagan por nosotros, y viendo en los demás a su otro yo.
Colaborar es responsabilidad de todos, aunque facilitar el proceso requiere de trabajar la fortaleza interna. Mirar a otro con una actitud de amor y colaboración. Si cada uno aportara algo, se podrían hacer grandes actos a favor de los que más nos necesitan y esto hablaría de nuestro alto sentido altruista, haciendo la vida más ligera a los demás.” (Sinalefa, 2009)
Videos sugeridos para reforzar el valor de la colaboración:
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GENEROSIDAD: “La generosidad es la inclinación o propensión del ánimo de una persona a ser útil e interesada a otro ser, mostrando nobleza, valor y esfuerzo. La persona generosa es noble, desprendida, dadivosa. Al niño pequeño hay que educarle esta virtud con el ejemplo. Los niños deben aprender a actuar a favor de otra persona de una forma desinteresada y no por conseguir algo a cambio.
La generosidad es la actitud de una persona para ser útil o dadivosa a otra persona. La persona generosa es noble, desprendida y sabe compartir... Cuando los niños son pequeños, todo es suyo y de nadie más. Todo solo les pertenece a ellos. A los niños les cuesta compartir y entender que no todo es suyo”. (Sinalefa, 2009)
“Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, porque es mi discípulo, de cierto les digo que no quedará sin recompensa”. (Mateo 10,42)
Videos sugeridos para reforzar el valor de la generosidad:
SOLIDARIDAD: “La solidaridad es la toma de conciencia de las necesidades ajenas y el deseo de contribuir a su satisfacción. Se trata de un valor que hay que fomentar en todos los ámbitos, empezando por el familiar y el escolar.
El concepto de solidaridad nace del respeto a la dignidad de la persona y su materialización pasa tanto por la toma de conciencia de las necesidades ajenas como por el cultivo y práctica de la adhesión fraterna. La ternura, el cuidado y la empatía de los padres constituyen en los primeros años las experiencias vitales básicas que suscitan en el niño relaciones afectivas saludables”. (Martínez, s.f.)
Videos sugeridos para reforzar el valor de la solidaridad:
ACTIVIDAD DIDÁCTICA
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Cuento alusivo a la generosidad: EL TESORO DE RUFO (ver anexo).
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Preparación de un socio drama en base a la parábola del buen samaritano (ver anexo).
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Lectura del texto: Pablo y Andrés (ver anexo).
VALORACIÓN / REFLEXIÓN
¿Por qué siempre es importante ayudar?
¿Por qué se debe cumplir con las tareas encomendadas, tanto en la casa como en el centro escolar?
¿Por qué es importante descubrir las necesidades de los demás?
¿En qué medida se puede colaborar en las necesidades de las personas?
COMPROMISO
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Valorar a las personas por igual.
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Asistir a quienes lo necesitan.
HABILIDADES SOCIALES
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Cuidar todo el mobiliario de la institución.
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Asear el salón de clase
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Respetar a sus compañeros
EVALUACIÓN
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Observará el aprecio que se tienen entre compañeros.
ANEXOS
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ACTIVIDAD 1
El docente leerá el cuento y reflexionará con los estudiantes su contenido.
Cuento El Tesoro de Rufo
Rufo era el perro más curioso del pueblo. Si había un hueco, ahí iba a meter el hocico. Si a alguien se le caía algo del bolsillo, era el primero en ir a olisquear y, si se encontraba una ventana abierta, siempre hacía lo posible por colarse por ella. Esa última afición fue precisamente la que le llevó a vivir esta extraordinaria aventura. Un día, ya al atardecer, Rufo estaba entretenido mordisqueando un hueso. Se lo había dado el carnicero, que era muy generoso y siempre guardaba las sobras para él. Como Rufo no tenía dueño, lo agradecía mucho porque había días en los que era muy complicado encontrar algo que comer. Mientras se entretenía con el hueso, llegó hasta su nariz un aroma delicioso. Al momento, levantó el hocico y trató de descubrir de qué se trataba. Como no pudo, decidió ir a investigar. Antes, escondió bien su hueso en una esquina del parque, justo en la zona de los álamos que decoraban el paseo principal.
A medida que se acercaba al olor, este se sentía de forma más clara. Al final, caminando y caminando, Rufo llegó hasta un edificio en ruinas. La fachada estaba desconchada y las ventanas y puertas rotas. La pared estaba llena de musgo y enredaderas.
Como Rufo era un perro muy curioso, lo primero que se le pasó por la cabeza fue entrar a fisgonear. Dio un par de vueltas al edificio hasta encontrar un hueco no demasiado alto. Al final, encontró una ventana que no estaba muy rota y que, por lo tanto, no parecía muy peligrosa. En el primer salto Rufo falló y cayó de bruces contra el suelo. Al segundo intento el perro cogió mucho impulso y, de un brinco, logró colarse en aquella casa abandonada.
Una vez dentro, Rufo puso todos sus sentidos en alerta para descubrir la procedencia de aquel aroma misterioso. Recorrió todas las habitaciones de la casa. De norte a sur y de este a oeste. Pasada media hora Rufo se dio cuenta de que tenía hambre y de que su hueso le esperaba enterrado en el parque. Así que se dispuso a dar media vuelta.
Cuando estaba ya casi en la salida, sintió el olor de forma mucho más intensa. De un salto, Rufo fue hacía atrás y, al llegar a una de las habitaciones, se paró de golpe. Ante sus ojos, había una sala repleta de huesos, chuletas, jamón york y golosinas de perro. Montañas y montañas de toda su comida favorita, la que le daba el carnicero y otra gente del pueblo. Todo aquello apareció de la nada porque esa casa estaba abandonada desde hacía años.
Como Rufo sabía que casi siempre comía gracias a la generosidad de los demás, no se guardó el secreto de la comida para él solo y avisó a otros perros abandonados de la zona para compartirlo con ellos. Durante mucho tiempo, todos disfrutaron de aquel tesoro.
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ACTIVIDAD 2
El docente leerá la parábola y reflexionará con los estudiantes su contenido.
Parábola del Buen Samaritano
Jesús entonces le contestó:
Un hombre iba por el camino de Jerusalén a Jericó, y unos bandidos lo asaltaron y le quitaron hasta la ropa; lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote pasaba por el mismo camino; pero al verlo, dio un rodeo y siguió adelante. También un levita llegó a aquel lugar, y cuando lo vio, dio un rodeo y siguió adelante. Pero un hombre de Samaria que viajaba por el mismo camino, al verlo, sintió compasión. Se acercó a él, le curó las heridas con aceite y vino, y le puso vendas. Luego lo subió en su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó. Al día siguiente, el samaritano sacó el equivalente al salario de dos días, se lo dio al dueño del alojamiento y le dijo: “Cuide a este hombre, y si gasta usted algo más, yo se lo pagaré cuando vuelva. (Lucas 10:25-37)
ACTIVIDAD 3
El docente leerá la historia de Pablo y su amigo y reflexionará con los estudiantes su contenido.
Pablo y Su Amigo
Pablo, llamo a su amigo Andrés y le dijo: -“necesito dinero, mi madre está enferma, no tengo dinero para los medicamentos”.- su amigo respondió: “está bien mi querido amigo, llámame después de las actividades del día”.- dicho y hecho, él lo llamo, pero el teléfono estaba apagado.- Él intentó llamar repetidas veces, hasta que se cansó, y fue a buscar a otro amigo que pudiera ayudarle, pero él no pudo encontrar ninguno… Triste y decepcionado con aquel amigo, que lo abandonó y apagó el teléfono cuando él más necesitaba.- se volvió a casa y encontró una bolsa de medicamentos junto al cojín donde estaba durmiendo su madre.- Su hermano le dijo: - “tu amigo vino y recogió las recetas y trajo esos medicamentos.” Él se fue hace rato… Pablo sonrió; con lágrimas en los ojos, salió en busca de su amigo. - Cuando lo encontró, le preguntó: ¿Dónde estabas? – traté de llamarte, pero tu teléfono estaba apagado? – el amigo respondió: “amigo, vendí el teléfono y compré los medicamentos de tu madre…”