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UNIDAD

 

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CONTENIDO

 

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CONTENIDO  

         

INDICADOR DE LOGRO

Observándote a ti mismo: ser tú (la imagen positiva de sí mismo genera autoconfianza).

2.1  Reconoce y acepta sus cualidades, características y habilidades personales, así como sus limitaciones.

VALORES A TRABAJAR

​Dignidad, autoestima, respeto y autoconocimiento.

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DEFINICIÓN DE VALORES

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DIGNIDAD:  La palabra latina "dignitas", de la raíz "dignus", no sólo significa una grandeza y excelencia por las que el portador de esta cualidad se distingue y destaca entre los demás, sino también denota merecimiento de un cierto tipo de trato. Así la dignidad se puede definir como una excelencia que merece respeto o estima. (Williams, Dignidad de la persona, s.f.)

 

La persona es un ser digno en sí mismo, pero necesita entregarse a los demás para lograr su perfección, es dinámico y activo, capaz de transformar el mundo y de alcanzar la verdad, es espiritual y corporal, poseedor de una libertad que le permite auto determinarse y decidir en parte no solo su futuro sino su modo de ser. (Burgos, 2008)

 

La persona es digna por el simple hecho de ser persona. Siendo la persona el centro y el punto de referencia de la sociedad, la bondad o la maldad de una cultura se mide precisamente por su actitud hacia la persona. Pero la dignidad de la persona sirve como punto de convergencia entre corrientes de pensamiento muy variadas y así se ofrece como fundamento de la sociedad civil.

 

La dignidad de la persona a menudo se reduce a la libertad, entendida como autonomía absoluta, lo cual imposibilita una recta comprensión de los derechos humanos y quita la posibilidad de distinguir entre verdaderos derechos y meras preferencias personales. (Fuentes M. A., s.f.)

 

Video sugerido para la dignidad:

LA AUTOESTIMA: “Es un sensato y equilibrado afecto por uno mismo, que no tiene por qué conducir al egoísmo ni a la vanidad”. (Pastrana, La autoestima, s.f.).

 

Como señala Miguel Ángel Martí, a veces parece como si sólo existieran dos tipos de personas. Unas que se supervaloran, cayendo así en actitudes más o menos engreídas o prepotentes. Y otras -que son quizá las menos-, que se infravaloran, que únicamente son capaces de ver en su personalidad los aspectos negativos y las deficiencias. Y su relación con ellos mismos es intransitiva, se sienten culpables de todos sus fracasos, aunque éstos se deban a factores externos, y esto les lleva a una cruel inseguridad, y a valorar siempre más la opinión de los otros que la suya propia. (Pastrana, La autoestima, s.f.)

 

La falta de autoestima, además, suele conducir a un círculo vicioso de actitudes mentales negativas. Puede comenzar pensando, por ejemplo, que no será capaz de alcanzar una meta que se ha propuesto, porque tiene la impresión de que rara vez logra lo que se propone. Se encamina hacia ella con talante gris y mortecino, tarde y sin entusiasmo, con más miedo al fracaso que afán de lograr el éxito. (Pastrana, La autoestima, s.f.)

 

El fomento de la autoestima no debe llevar, bajo ningún concepto, a promover un modelo de personalidad narcisista. La autoestima es un sensato y equilibrado afecto por uno mismo, que no tiene por qué conducir al egoísmo ni a la vanidad. Debe haber un equilibrio en la persona en cuanto a la forma de verse y tratarse, pues ni se debe creer mucho ni caer en que es menos. Todas las personas somos iguales. (Pastrana, La autoestima, s.f.)

 

Video sugerido para la autoestima:

RESPETO: “Es reconocer la dignidad propia de una persona. Es reconocer que todos los humanos somos dignos -y con los mismos derechos- desde el momento en que somos concebidos”. (Román, El respeto, s.f.)

 

“Es la virtud que “actúa o deja actuar, procurando no perjudicar ni dejar de beneficiarse a sí mismo ni a los demás de acuerdo con sus derechos, con su condición y con sus circunstancias”. (Olivero, La responsabilidad y el respeto, s.f.)

 

El desarrollo de la virtud del respeto, en cuanto se refiere a la relación de los hijos con los amigos y con los demás, en general, dependerá, en gran parte, de edad. Es evidente que, antes de descubrir su intimidad, el hijo respetará a los amigos de un modo diferente de cuando ya en la adolescencia, reconoce otros aspectos de su personalidad. (Isaacs, La educación de las virtudes humanas y su evaluación, 2003).

 

El respeto hacia los demás es la primera condición para la convivencia pacífica y armoniosa de las personas. El respeto a los demás debiera ser interno y externo. La buena educación no es más que pensar en comportarnos como quien somos y en darle lo mejor de nosotros mismos a nuestro prójimo para hacer nuestra convivencia agradable y amistosa. (Olivero, La responsabilidad y el respeto, s.f.)

 

El respeto no es algo que se puede repartir de acuerdo con las cualidades de las personas con quienes se tiene contacto. Los demás tienen el derecho de ser respetados por nosotros. El modo de interpretar este respeto y vivirlo bien, en cada caso, será resultado de haber reconocido los derechos, la condición y las circunstancias reales de esas personas, y a continuación actuar o dejar de actuar por amor. (Isaacs, Las educación de las virtudes humanas y su evaluación, 2003)

 

Videos sugeridos para el respeto:

AUTOCONOCIMIENTO: “Se designa al conocimiento que tenemos de nosotros mismos, es decir, al conjunto de cosas que sabemos acerca de quiénes somos”. (Significados, s.f.)

 

El autoconocimiento tiene la virtualidad de darnos nuestra propia medida, nos hace saber por experiencia cuáles son nuestras posibilidades y nuestros límites. Por eso interesa mucho, especialmente en la infancia, que las relaciones sean muy sanas y constructivas. El dato más importante sobre la relación con los demás está en saber que los otros actúan como espejo en el que poder mirarse. En los planos psicológico y espiritual ocurre algo similar a lo que ocurre en el plano físico y es que uno no se ve a sí mismo y para saber cómo es hay que mirarse en un espejo, un espejo que sea fiable, plano, nítido y que no modifique el original.

 

Las personas nos estamos haciendo siempre, pero hay etapas que son decisivas, como la infancia y la juventud. Para los que somos educadores (y de un modo u otro, lo somos todos), no está de más recordar en primer lugar, que los mensajes que educan y ayudan son solo y siempre los mensajes positivos sobre el valor de la propia persona. La aceptación positiva de la persona en su conjunto, hacer ver al niño que es querido, muy querido, porque sí, sin contrapartidas. (Rincón, s.f.)

 

“Es una maravilla que tú seas tú, me gozo con que existas, me alegro de que estés aquí”. Fundamental porque este es el mensaje que debe servir de fundamento de toda nuestra acción educadora. (Rincón, s.f.)

 

Video sugerido para el autoconocimiento:

ACTIVIDAD DIDÁCTICA

Lectura y discusión del cuento ¡Conócete a ti mismo! (ver anexo).

VALORACIÓN / REFLEXIÓN

¿Por qué es tan importante saber que es la dignidad?

¿Qué tanto me intereso por el respeto de la dignidad de los demás?

¿Cómo está mi autoestima?

¿Me respeto a mí mismo y a los demás?

¿Qué tanto me conozco?

COMPROMISO
  • Cuidar la dignidad de todos por igual.

  • Motivas y ayudar a los demás a seguir objetivos.

  • Ser respetuoso con todas las personas.

  • Respetarme a mí mismo.

HABILIDADES SOCIALES
  • Pensar y luego actuar.

  • Reconozco a los demás como persona.

  • Animo a las personas cuando lo necesitan.

EVALUACIÓN

​El docente observará y ponderará la actitud de los estudiantes entre sí.

ANEXO

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Cuento: ¡Conócete a ti mismo!

Propósito: que los estudiantes puedan conocer sus actitudes, cualidades, características y habilidades.

Mi amigo Antonio es una persona muy ordenada y meticulosa. Siempre que adquiere un utensilio o aparato va en directo a las instrucciones. A veces ha de buscar entre mil idiomas o las encuentra con una infame traducción al castellano. Aun así, las lee y relee con entusiasmo. Y es que valora sobremanera aquello que adquirió y su buen funcionamiento. También le he visto emplear horas y horas en torno a una agenda electrónica que le regalaron por Reyes. Su mujer es todo lo contrario, piensa que todo es fácil y asequible y se lanza con el coche nuevo, la cámara digital de fotos o lo que le echen. Y yo me digo que como no cambien habrá serios problemas de convivencia.

¡Pues más que cualquier electrodoméstico o aparatito valemos personalmente nosotros! Y con frecuencia no nos damos cuenta, no nos percatamos de esa imponente verdad.

¡Cuánta razón tenían los griegos al colocar en el dintel del templo de Delfos la leyenda Conócete a ti mismo! Quizás habría que colocarla en la mesa de despacho de cada uno o sobre la puerta del dormitorio. Eso sí, para aplicación personal y no para dar con el codo a quien nos acompañe y animarle a que se lo aplique él.

En la vida funcionamos con el capital que pensamos tener más que con el que realmente contamos. De ahí la necesidad básica de saber quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos y dónde nos encontramos.

Hay que entrar en la propia vida, poder madurar profundizando en nosotros mismos, hemos de buscar luces para que, llegando desde fuera, nos permitan conocer nuestra propia intimidad. Sólo así cabrá la coherencia y la unidad de vida capaz de propiciar felicidad. La madurez conlleva un mayor y mejor conocimiento, una más plena conciencia desde nuestro yo real de las circunstancias que nos integran, condicionan y enriquecen. (Romero, s.f.)

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